El pasado 21 de diciembre, Alicia Alonso, una de las máximas glorias
universales del ballet, cumplió 90 años de edad. Y, como ella misma lo
reconoce, este ha sido un cumpleaños “muy largo”. Las celebraciones comenzaron
desde principios del año pasado, cuando el Ministerio de Cultura de Cuba
proclamó al 2010 como el “Año Alicia Alonso”. Desde entonces, la
diva ha sido objeto de innumerables agasajos, que han incluido premios y
condecoraciones, galas, publicación de libros, discos y estampillas;
exposiciones y realización de documentales sobre ella.
Y ahora, a sus noventa años y dos meses, estoy sentado junto a ella, en
Montreal. Hacía más de treinta años que la señora Alonso no venía a esta
ciudad. Viene a Montreal como directora y fundadora del Ballet Nacional
de Cuba, para presentar “Giselle”, su obra maestra. Los conocedores dicen
que, hasta el momento, ninguna bailarina del mundo ha logrado superar la
ejecución de Alicia Alonso durante el segundo acto de esta obra.
Su postura corporal y su vitalidad no son los de alguien de noventa años de
edad. Y pocos imaginarían que se trata, además, de una persona que,
durante más de setenta años, ha estado casi completamente ciega. Durante la
entrevista, se la pasó danzando con las manos, con esas manos largas, perfectas
para el ballet. Alzaba el esbelto cuello con la misma elegancia que es parte de
su mito.
- Aunque nos imaginamos que esta pregunta se la han hecho muchas veces, nosotros también queremos conocer su respuesta. ¿Cuál es el secreto para conservarse tan activa y tan vigente a los 90 años?
- Es que no son noventa: ¡son nueve! Los ceros no valen nada. ¿No es así? Es mucho trabajo y muchos deseos de vivir. Es amor a la vida.
- Hablemos del itinerario próximo de las celebraciones de este aniversario
suyo, tan importante...
- Es que, para mí, yo estoy cumpliendo
años todos los días. Así que todos los días son importantes. Cada día que
yo vivo, ¡Es un día más, un tiempo más de vida! Entonces, yo celebro todos los
días.
- Usted ha visto materializarse los objetivos a los que aspiraría cualquier
artista del mundo. ¿Qué sueño cree que se le ha quedado sin cumplir?
- Seguir bailando. Yo bailo en mi mente, yo bailo con la compañía. Tengo todos los ballets en la cabeza. Cuando suena la música, empiezo a bailar (hace sonidos del ritmo de una danza). Abren la cortina. Lo veo en mi mente, y estoy bailando y bailando. Yo no he cesado de bailar en mi mente. Y cuando creo, cuando hago coreografía, hago lo mismo: lo bailo aquí (señala su cabeza). Y algunas veces me paro y hago los movimientos que son.
- Seguir bailando. Yo bailo en mi mente, yo bailo con la compañía. Tengo todos los ballets en la cabeza. Cuando suena la música, empiezo a bailar (hace sonidos del ritmo de una danza). Abren la cortina. Lo veo en mi mente, y estoy bailando y bailando. Yo no he cesado de bailar en mi mente. Y cuando creo, cuando hago coreografía, hago lo mismo: lo bailo aquí (señala su cabeza). Y algunas veces me paro y hago los movimientos que son.
- ¿Por qué, a pesar de los esfuerzos que se han hecho en América Latina por
fomentar el ballet desde hace más de medio siglo, no ha surgido en nuestro
continente una nueva figura con la categoría necesaria para ser considerada como
la sucesora de Alicia Alonso?
-¿y cómo usted sabe que no ha nacido?
- No la conocemos...
- Claro. Pero dele tiempo a que
crezca, que se desarrolle. América Latina está desarrollando muchos
bailarines. El arte y la cultura se están desarrollando mucho en América
Latina. Y, respecto del Ballet, se les ha quitado el miedo, ¡el complejo de que
porque somos latinos nada más podemos hacer folclor! Eso es muy
importante. Cuando uno se quita los complejos, uno entonces es uno, el
verdadero…Yo sé que todos están haciendo esfuerzos y hay escuelas que están
funcionando. Hay una continuidad: mientras existan seres humanos, habrá
gente que continuará lo de los otros que han dejado de existir. Además,
yo voy a vivir en otro planeta y voy a estar vigilando hacia la Tierra, para
ver lo que está pasando.
- ¿Guarda recuerdos especiales de su paso por Colombia?
- A mí me gustaba mucho Colombia. Recuerdo que allí bailé por primera vez “La muerte del cisne”. Lo estrené allá. La altura me hizo mucho daño, pero me fue bien. Hemos tenido siempre muy buen público allá y tenemos ahora profesores en Colombia, que están enseñando la Escuela Cubana. Van por temporadas… Hace tiempo, muchos años, que no voy a Colombia.
- A mí me gustaba mucho Colombia. Recuerdo que allí bailé por primera vez “La muerte del cisne”. Lo estrené allá. La altura me hizo mucho daño, pero me fue bien. Hemos tenido siempre muy buen público allá y tenemos ahora profesores en Colombia, que están enseñando la Escuela Cubana. Van por temporadas… Hace tiempo, muchos años, que no voy a Colombia.
Publicado en el
periódico El Mundo, el 18 de marzo de 2001. Autor: Sergio Esteban Vélez
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