sábado, 26 de marzo de 2011

La “Prima Ballerina Assoluta” Alicia Alonso


 

El pasado 21 de diciembre, Alicia Alonso, una de las máximas glorias universales del ballet, cumplió 90 años de edad.  Y, como ella misma lo reconoce, este ha sido un cumpleaños “muy largo”. Las celebraciones comenzaron desde principios del año pasado, cuando el Ministerio de Cultura de Cuba proclamó al 2010 como el “Año Alicia Alonso”.   Desde entonces, la diva ha sido objeto de innumerables agasajos, que han incluido premios y condecoraciones, galas, publicación de libros, discos y estampillas; exposiciones y realización de documentales sobre ella.
Y ahora, a sus noventa años y dos meses, estoy sentado junto a ella, en Montreal.  Hacía más de treinta años que la señora Alonso no venía a esta ciudad.  Viene a Montreal como directora y fundadora del Ballet Nacional de Cuba, para presentar “Giselle”, su obra maestra.  Los conocedores dicen que, hasta el momento, ninguna bailarina del mundo ha logrado superar la ejecución de Alicia Alonso durante el segundo acto de esta obra. 

Su postura corporal y su vitalidad no son los de alguien de noventa años de edad.  Y pocos imaginarían que se trata, además, de una persona que, durante más de setenta años, ha estado casi completamente ciega. Durante la entrevista, se la pasó danzando con las manos, con esas manos largas, perfectas para el ballet. Alzaba el esbelto cuello con la misma elegancia que es parte de su mito.

- Aunque nos imaginamos que esta pregunta se la han hecho muchas veces, nosotros también queremos conocer su respuesta.  ¿Cuál es el secreto para conservarse tan activa y tan vigente a los 90 años?

- Es que no son noventa: ¡son nueve!  Los ceros no valen nada. ¿No es así?  Es mucho trabajo y muchos deseos de vivir. Es amor a la vida.

- Hablemos del itinerario próximo de las celebraciones de este aniversario suyo, tan importante...

- Es que, para mí, yo estoy cumpliendo años todos los días. Así que todos los días son importantes.  Cada día que yo vivo, ¡Es un día más, un tiempo más de vida! Entonces, yo celebro todos los días. 

- Usted ha visto materializarse los objetivos a los que aspiraría cualquier artista del mundo. ¿Qué sueño cree que se le ha quedado sin cumplir?

- Seguir bailando.  Yo bailo en mi mente, yo bailo con la compañía.  Tengo todos los ballets en la cabeza.  Cuando suena la música, empiezo a bailar (hace sonidos del ritmo de una danza).  Abren la cortina. Lo veo en mi mente, y estoy bailando y bailando.  Yo no he cesado de bailar en mi mente.  Y cuando creo, cuando hago coreografía, hago lo mismo: lo bailo aquí (señala su cabeza). Y algunas veces me paro y hago los movimientos que son. 

- ¿Por qué, a pesar de los esfuerzos que se han hecho en América Latina por fomentar el ballet desde hace más de medio siglo, no ha surgido en nuestro continente una nueva figura con la categoría necesaria para ser considerada como la sucesora de Alicia Alonso?

-¿y cómo usted sabe que no ha nacido?

- No la conocemos...

- Claro.  Pero dele tiempo a que crezca, que se desarrolle. América Latina está desarrollando muchos bailarines.  El arte y la cultura se están desarrollando mucho en América Latina. Y, respecto del Ballet, se les ha quitado el miedo, ¡el complejo de que porque somos latinos nada más podemos hacer folclor!  Eso es muy importante.  Cuando uno se quita los complejos, uno entonces es uno, el verdadero…Yo sé que todos están haciendo esfuerzos y hay escuelas que están funcionando.  Hay una continuidad: mientras existan seres humanos, habrá gente que continuará lo de los otros que han dejado de existir.  Además, yo voy a vivir en otro planeta y voy a estar vigilando hacia la Tierra, para ver lo que está pasando.

- ¿Guarda recuerdos especiales de su paso por Colombia?

- A mí me gustaba mucho Colombia.  Recuerdo que allí bailé por primera vez “La muerte del cisne”.  Lo estrené allá.  La altura me hizo mucho daño, pero me fue bien. Hemos tenido siempre muy buen público allá y tenemos ahora profesores en Colombia, que están enseñando la Escuela Cubana.  Van por temporadas… Hace tiempo, muchos años, que no voy a Colombia.

Publicado en el periódico El Mundo, el 18 de marzo de 2001. Autor: Sergio Esteban Vélez